Oración a la Virgen María para el momento de morir


Durante mi vida, Madre mía, me habéis llevado de la mano. ¿Cómo podría ser que, en la hora de mi muerte, vuestros dedos se abran y vuestra mano me suelte? ¡Ciertamente no será así! Si vuestra mano soberana soltara mi mano en ese momento, sería sin duda, para tomar un pliegue de vuestro manto y cubrirme con él. 

Madre de mi largo caminar y Madre de mi instante supremo, envolvedme en un pliegue de vuestro manto durante ese corto momento, después del cual, seguro ya de haber atravesado la puerta, yo me lo quitaré de repente, para haceros escuchar mi risa. La risa del niño que ríe, que ríe, porque, gracias a los cuidados de su Madre, todo ha salido bien.


(Oración compuesta por el padre Jerónimo, monje del monasterio de Nuestra Señora de Sept Fons, en Francia, para ayudar a morir a un hermano monje, gravemente enfermo, que se durmió en la paz del Señor el 7 de diciembre de 1989, vigilia de la Inmaculada Concepción, y día en el que cumplía veintiocho años)