En Egipto, en el tiempo en que había allí numerosos monasterios, un monje se había hecho amigo de un campesino cándido y poco ilustrado. Un día, el campesino le dijo al monje:
El monje y el campesino
En Egipto, en el tiempo en que había allí numerosos monasterios, un monje se había hecho amigo de un campesino cándido y poco ilustrado. Un día, el campesino le dijo al monje:
XXII Domingo del Tiempo Ordinario
28 de agosto de 2022
(Ciclo C - Año par)
- Humíllate, y así alcanzarás el favor del Señor (Eclo 3, 17-20. 28-29)
- Tu bondad, oh, Dios, preparó una casa para los pobres (Sal 67)
- Vosotros os habéis acercado al monte Sion, ciudad del Dios vivo (Heb 12, 18-19. 22-24a)
- El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido (Lc 14, 1. 7-14)
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La luz
de la Palabra
Si
3,17-18.20.28-29; Hb 12,18-19.22-24a; Lc 14,1.7-14
1.- «En el último puesto». Se podría decir que el evangelio de hoy trata de la humildad. Pero es difícil definir la humildad como virtud. En realidad no se debe aspirar a ella, porque entonces se querría ser algo; no se la puede ejercitar, porque entonces se querría llegar a algo. Los que la poseen no pueden ni saber ni constatar que la tienen. Simplemente se puede decir negativamente: el hombre no debe pretender nada para sí mismo. Por eso no debe ponerse por propia iniciativa en el primer puesto, donde se le ve, se le considera y se le aprecia y agasaja sobremanera; tampoco debe calcular a quiénes debe invitar para que le inviten después a él. Si se pone en el último puesto, no es para ser tenido por humilde, y si se le dice que suba más arriba, no se alegra por él, sino porque ve la benevolencia de su anfitrión. No se valora a sí mismo, porque no le interesa el rango que ocupa entre los hombres. Y si el Señor le dice que su actitud se verá recompensada “cuando resuciten los justos”, probablemente para él esto solo significará que se le promete que estará cerca de Dios. Pues solo esto le preocupa: que Dios está infinitamente por encima de él en bondad, poder y majestad.
Acto de consagración al corazón inmaculado de María
XXI Domingo del Tiempo Ordinario
21 de agosto de 2022
(Ciclo C - Año par)
- De todas las naciones traerán a todos vuestros hermanos (Is 66, 18-21)
- Id al mundo entero y proclamad el Evangelio (Sal 116)
- El Señor reprende a los que ama (Heb 12, 5-7. 11-13)
- Vendrán de oriente y occidente, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios (Lc 13, 22-30)
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La luz
de la Palabra
Is
66,18-21; Hb 12,5-7.11-13; Lc 13,22-30
1.- «De entre ellos escogeré sacerdotes y levitas». La profecía del
final del libro de Isaías (primera lectura) dice al pueblo de Israel con toda
claridad que Dios llamará también a hombres de países lejanos, que “nunca
oyeron su fama”, y de entre ellos escogerá a algunos como sacerdotes y
servidores particulares. Para Israel es una tarea sumamente difícil saberse el
pueblo elegido y a la vez tener que relativizarse hasta el punto de tener que
admitir esto: la misma elección afectará a otros cuando llegue el momento, un
momento que solo Dios conoce. Estos otros, que en general eran considerados por
Israel como enemigos de Dios, son ahora llamados por Dios “vuestros hermanos”.
Los sacrificios que ellos ofrecerán en el templo del Señor no están manchados
ni carecen de valor (como los sacrificios paganos), pues traen ofrendas “en
vasijas puras”. ¿Cómo se comportará Israel con respecto a esta promesa?
Himno de la tarde
Luz radiante de la gloria,del Padre celeste venturoso e inmortal,¡oh Jesucristo!
Llegados a la caída del sol
contemplamos la claridad de la tarde:cantamos al Padre, al Hijoy al Espíritu Santo de Dios.
Tú eres digno para siemprede ser cantado por voces puras,¡oh Hijo de Dios!, que das la vida.Así proclama tu gloria el universo.
(Este himno continúa siendo la oración de la tarde en la Iglesia griega. San Basilio [330-379] da testimonio de él diciendo: “Nuestros padres no quisieron recibir en silencio la gracia de esta luz de la tarde, en cuanto aparece, bendicen a Dios”)
Asunción de la Virgen María
15 de agosto de 2022
(Ciclo C - Año par)
- Una mujer vestida del sol, y la luna bajo sus pies (Ap 11, 19a; 12, 1-6a. 10ab)
- De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir (Sal 44)
- Primero Cristo, como primicia; después todos los que son de Cristo (1 Cor 15, 20-27a)
- El Poderoso ha hecho obras grandes en mí: enaltece a los humildes (Lc 1, 39-56)
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Familia, amistad y soledad
Autor: C. S. LEWIS
XX Domingo del Tiempo Ordinario
14 de agosto de 2022
(Ciclo C - Año par)
- Me has engendrado para pleitear por todo el país (Jer 38, 4-6. 8-10)
- Señor, date prisa en socorrerme (Sal 39)
- Corramos, con constancia, en la carrera que nos toca (Heb 12, 1-4)
- No he venido a traer paz, sino división (Lc 12, 49-53)
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La luz
de la Palabra
Jr
38,4-6.8-10; Hb 12,1-4; Lc 12,49-53
Frases...
“Porque el bien creciente del mundo depende en parte de actos al margen de la historia; y que las cosas no nos vayan tan mal a ti y a mí, como pudiera haber ocurrido se debe en parte a los que vivieron fielmente una vida oculta y descansan en tumbas que nadie visita”.
XIX Domingo del Tiempo Ordinario
7 de agosto de 2022
(Ciclo C - Año par)
- Con lo que castigaste a los adversarios, nos glorificaste a nosotros, llamándonos a ti (Sab 18, 6-9)
- Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad (Sal 32)
- Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios (Heb 11, 1-2. 8-19)
- Lo mismo vosotros, estad preparados (Lc 12, 32-48)
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Todos los
textos de esta celebración nos exigen vivir en tensión, en movimiento (éxodo),
desinstalados, en estado de peregrinación; en una palabra: vivir en vela, en
vela en razón de la fe, en razón de la promesa de Dios, en razón de las cuentas
que habremos de rendir pronto.
1.- «La fe es seguridad de lo que se espera». La segunda lectura llama a esta existencia desinstalada simplemente “fe”. La fe se apoya en una palabra recibida de Dios que anuncia una realidad invisible y futura. Esto se muestra en la existencia de Israel, que comienza con el éxodo de Abrahán y se continúa a través de los siglos, esta fe puede ser sometida a duras pruebas, como cuando se exige a Abrahán que sacrifique a su hijo, como demuestra también el hecho de que todos los representantes de la Antigua Alianza “murieron sin haber recibido al tierra prometida”. Estos aprendieron casi más drásticamente que los cristianos lo que significa vivir “como huéspedes y peregrinos en la tierra”, y buscar una patria que está más allá de toda su existencia perecedera. Porque en el destino de Jesús y en la recepción del Espíritu Santo los cristianos no solamente “han visto y saludado de lejos” la patria celeste, sino que, como dice Juan, “han oído, visto y palpado la Palabra que es la vida eterna”, y según Pablo han recibido el Espíritu Santo como arras, como prenda o garantía de lo que esperan, por lo que pueden y deben ir al encuentro del cumplimiento de la promesa con mayor seguridad, y por ello también con mayor responsabilidad.
Permanencia
cuando no escucha nadie
o al caer una hoja
en la luz de la tarde
o grítalo, o escribe
con un gesto en el aire
que no, nada se pierde
si lo ha amado alguien,
que todo lo que ha sido
queda en alguna parte
igual que la menuda
semilla que se esparce
y espera, en el surquero,
su instante para darse.