5 de noviembre de 2023
(Ciclo A - Año impar)
- Os habéis separado del camino recto y habéis hecho que muchos tropiecen en la ley (Mal 1, 14b - 2, 2b. 8-10)
- Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor (Sal 130)
- Deseábamos entregaros no solo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas (1 Tes 2, 7b-9. 13)
- Ellos dicen, pero no hacen (Mt 23, 1-12)
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El evangelio que acabamos de escuchar nos describe, queridos hermanos, el estilo que el Señor quiere que exista entre nosotros, sus discípulos. Para ello el Señor empieza por criticar a los letrados y fariseos, por decirnos lo que no le gusta de ellos, de su manera de actuar. Pero la finalidad de esta crítica es, obviamente, proponernos otro estilo, otra manera de ser y de actuar. Tres son las críticas que el Señor hace a los letrados y fariseos:
1) Que su vida no es coherente con su doctrina. Con ello el Señor nos indica que espera de nosotros que nuestra vida sea coherente con la verdad que profesamos en nuestra fe. Pero al mismo tiempo nos enseña, como subraya San Jerónimo (ss. IV-V), que debemos saber apreciar la verdad aunque sea proclamada por personas que no son coherentes con ella. El Señor dice, en efecto: “haced y cumplid lo que os digan, pero no hagáis lo que ellos hacen”. No hay que negar una verdad, porque quien la proclama no sea coherente con ella: Los medievales -que eran cristianos- decían: “La diga quien la diga, la verdad procede siempre del Espíritu Santo”.
2) Que no ayudan a las personas a vivir según la verdad. El Señor critica así la actitud de quienes no hacen más que proclamar la verdad, pero sin ayudar al prójimo a vivirla. Es la actitud de los sempiternos moralistas, que nos dicen lo que está bien y lo que está mal, lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer, pero que no son capaces de echarnos una mano para hacer el bien y evitar el mal. El Señor, en cambio, espera de nosotros que seamos hombres y mujeres que saben echar una mano, ayudar a los demás a vivir según la verdad y el bien. Es muy fácil condenar el aborto (y hay que hacerlo); pero lo que el Señor quiere es que ayudemos a la chica que está embarazada a tener a su hijo.