San Atanasio de Alejandría

Oh Virgen,
tu gloria supera odas las cosas creadas.
¿Qué hay que se pueda semejar a tu nobleza,
madre del Verbo de Dios?
¿A quién te compararé, oh Virgen,
entre toda la creación?
Excelsos son los ángeles de Dios y los arcángeles,
pero ¡cuánto los superas tú, oh María!
Los ángeles y los arcángeles sirven con temor
a Aquel que habita en tu seno,
y no se atreven a hablarle;
tú, sin embargo, hablas con él libremente.
Decimos que los querubines son excelsos,
pero tú eres mucho más excelsa que ellos:
los querubines sostienen el trono de Dios;
tú, sin embargo, sostienes a Dios mismo
entre tus brazos.
Los serafines están delante de Dios,
pero tú estás más presente que ellos;
los serafines cubren su cara con las alas,
No pudiendo contemplar la gloria perfecta;
tú, en cambio,
no sólo contemplas su cara,
sino que la acaricias
y llenas de leche su boca santa.














San Atanasio de Alejandría (+ 373)