Al anochecer



Ahora que el día ha pasado y que se acerca la noche
os ofrecemos, Señor, la ofrenda vespertina de la luz
implorando vuestra clemencia.

Haced brillar vuestra claridad
sobre las tinieblas que nuestros pecados
han acumulado en nosotros.

Introducid el amor y la luz
en nuestro corazón,
donde el enemigo quiere poner oscuridad.

Mientras los ojos de nuestro cuerpo duermen durante la noche,
concedednos, Dios Todopoderoso,
que los ojos de nuestro espíritu estén fijos en Vos.

Que al terminar la noche,
nos levantemos para la oración,
en la claridad de la nueva luz,
y os demos gloria durante el nuevo día.

Amén