El arte de lo inacabado

Una muestra de sabiduría es aceptar que el tiempo no se estira, que es increíblemente breve y que, por ello, debemos vivirlo de la manera más equilibrada posible. No podemos engañarnos con la lógica de las compensaciones: el tiempo que robamos a las personas que amamos intentamos devolverlo de otra manera, haciendo planes o comprándoles esto o aquello; lo que le restamos al descanso y a la contemplación procuramos compensarlo con unas vacaciones extravagantes. Necesitamos aprender, como individuos y como sociedad, a gestionar el tiempo.

En cuestiones de tiempo, a veces es más importante saber acabar que saber empezar, y más vital suspender que continuar. Pero incluso el acto de interrumpir un trabajo para reposar no nos resulta fácil, por lo menos a cierta edad. Implica, no pocas veces, un ejercicio de desprendimiento y pobreza. Aceptar que no hemos alcanzado todos los objetivos que nos habíamos propuesto. Aceptar que eso a lo que hemos llegado es solo una versión provisional, inacabada, llena de imperfecciones. Aceptar que nos faltan las fuerzas, que cierta frescura de pensamiento no la podemos obtener mecánicamente por la mera insistencia. Aceptar que tal vez mañana habremos de recomenzar de cero y por enésima vez.



Autor: José TOLENTINO MENDOÇA
Título: Pequeña teología de la lentitud
Editorial: Fragmenta Editorial, Barcelona, 2017, (pp. 12-13)