Líbrame de la esterilidad espiritual

Dios de los espíritus y de toda carne, no permitas

que yo tenga los dolores de parto y no dé a luz nada;
que yo me lamente y que no derrame lágrimas;
que yo medite y que ningún suspiro brote de mí;

que yo acumule nubes pero sin ninguna lluvia;
que yo corra pero no alcance la meta;
que yo grite y que Tú no me escuches;
que yo suplique y me quede sin una mirada tuya;

que yo implore y no obtenga misericordia;
que yo Te invoque y no reciba ningún socorro;
que yo inmole y que mi sacrificio no te sea agradable;
que yo Te vea y salga con las manos vacías.

Dame tus bienes,
escúchame antes de que Te invoque,
oh Tú el único Poderoso.
Sálvame Tú que eres Compasivo.
Escúchame Tú que eres Misericordioso.


San Gregorio de Narek
(944-1010)