Invocación al Espíritu Santo

Amor emanado del Poder divino,
santo intercambio entre el Padre todopoderoso
y su Hijo bendito,
todopoderoso Espíritu Paráclito,
dulce consolador de los afligidos,
penetrad con fuerza hasta el interior de mi corazón.

Habitad los rincones tenebrosos
de esta casa abandonada
e iluminadla con vuestra luz resplandeciente.
Que la abundancia de vuestro rocío
fecunde sus lugares yermos,
secos y marchitos.

Herid con vuestro amor
hasta los pliegues más secretos del hombre interior;
penetrad este corazón paralizado por las pasiones,
inflamándolo con vuestras llamas saludables.

Que la luz de vuestro santo ardor
brille sobre todo mi cuerpo
sobre mi espíritu.

Amén.



(Atribuida a san Agustín +430)