Amar la vida tal como es

Es necesario elegir entre el amor ilusorio a la vida, que nos empuja a postergarla indefinidamente, y el amor real, aun herido, con el que la asumimos. Entre amar la vida hipotéticamente por lo que se espera de ella o amarla incondicionalmente por lo que es, muchas veces pura impotencia, pura pérdida, carencia irresoluble. Condicionar el gozo por la vida a una felicidad soñada es ya renunciar a él, porque la vida es decepcionante (no temamos esta palabra). Debemos esforzarnos para pasar del apego narcisista a la idealización de la vida, a la hospitalidad de la vida tal como se nos presenta, sin mentiras ni ilusiones; y eso requiere un camino de depuración, sin renunciar a la complejidad de la propia existencia, pero aceptando que no se puede desvelar completamente.

¿Cuándo llega la hora de la felicidad?, nos preguntamos. Llega en esos momentos de gracia en que no esperamos nada.



Autor: José TOLENTINO MENDONÇA
Título: Pequeña teología de la lentitud
Editorial: Fragmenta Editorial, Barcelona, 2017, (PP. 36-37)