el único Dios celeste,
Altísimo, Bienhechor,
a Ti pertenece el poder,
a Ti el perdón,
a Ti la curación,
a Ti la liberalidad.
A Ti pertenecen los favores,
a Ti solo los dones gratuitos,
a Ti la expiación.
a Ti la protección,
a Ti las soluciones incomprensibles,
a Ti los inventos insospechados,
a Ti las medidas inconmensurables:
Tú eres el inicio y Tú eres el fin.
Pues jamás las tinieblas de la cólera
obscurecen la luz de tu misericordia:
ninguna miseria te somete.
¡Tú superas todas las palabras!
San Gregorio de Narek
(944-1010)