Oración para envejecer y morir

   «Dios mío, me resultaba muy dulce, en medio del esfuerzo, experimentar que, desarrollándome a mí mismo, aumentaba la presencia vuestra en mí; me resultaba también muy dulce, bajo el empuje interior de la vida, o entre el juego favorable de los acontecimientos, abandonarme a vuestra Providencia. Haced que después de haber descubierto la alegría de utilizar todo crecimiento para permitiros crecer en mí, yo acceda ahora sin turbación a esta última fase de la comunión, en el curso de la cual yo os poseeré disminuyendo en Vos.

    Cuando sobre mi cuerpo (y más todavía sobre mi espíritu), comenzará a notarse el desgaste de la edad; cuando caerá sobre mí desde fuera, o nacerá en mí desde dentro, el mal que me disminuye o me vence; en el minuto doloroso en el que tomaré de golpe conciencia de que estoy enfermo o de que me estoy haciendo viejo; en ese momento último, sobre todo, en el que yo sentiré que me escapo a mí mismo, completamente pasivo ante las manos de las grandes fuerzas desconocidas que me han formado; en todas esas horas oscuras, dadme, Dios mío, la gracia de comprender que sois Vos quien separáis dolorosamente las fibras de mi ser para penetrar hasta la médula de mi substancia, para llevarme con Vos»

Pierre Teilhard de Chardin