Buscar y comprender a Dios

Señor Dios nuestro, nosotros creemos en Ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pues la Verdad no habría dicho: “Id y bautizad a todas las naciones en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28, 19), si Tú no fueras Trinidad. Y Tú no habrías ordenado, Señor Dios nuestro, que fuéramos bautizados en un nombre que no fuera el del Señor nuestro Dios.

Tanto como he podido, tanto como Tú me has concedido poder, yo te he buscado; he deseado ver con la inteligencia lo que yo creía; he estudiado mucho y mucho también me he fatigado; Señor Dios mío, mi única esperanza, escúchame, pues tengo miedo de que, a causa del cansancio, no quiera buscarte más; haz que siempre busque ardientemente tu rostro (Sal 104, 4). Dame la fuerza de seguir buscándote, Tú que has hecho que yo te encuentre y me has dado la esperanza de encontrarte cada vez más.

Ante Ti está mi fuerza y mi debilidad: guarda mi fuerza y cura mi debilidad. Ante Ti está mi conocimiento y mi ignorancia: acógeme cuando quiero entrar por las puertas que Tú me has abierto; y cuando llame a las puertas que Tú me has cerrado, ábrelas, Señor. Concédeme acordarme siempre de Ti, comprenderte a Ti, que es a quien yo amo. Acrecienta en mí estos dones, hasta que Tú me hayas reformado por completo.

San Agustín