Tú llamaste a los publicanos y los pecadores, vuélvete ahora, de igual modo, hacia mí,
que soy como ellos,
y acepta mi alabanza como el incienso de la tarde:
Jesús, fuerza invencible,
Jesús, ternura infinita,
Jesús, belleza radiante,
Jesús amor inefable,
Jesús, Hijo de Dios vivo,
Jesús, ten piedad de mí que soy un pecador,
Jesús, sácame de mi ignorancia,
Jesús, disipa mis tinieblas con tu luz,
Jesús, purifícame de todas mis faltas,
Jesús, como al hijo pródigo, condúceme a la casa paterna,
JESÚS, HIJO DE DIOS, TEN MISERICORDIA DE MÍ QUE SOY UN POBRE PECADOR.
El ciego escuchó tus pasos, Señor,
y se puso a gritar: “Hijo de David, ten piedad de mí”.
Tú lo llamaste y le devolviste la vista.
De igual modo, en tu ternura, Señor,
ilumina los ojos de mi corazón. También yo, suplicando, te digo:
Jesús, Creador de los ángeles,
Jesús, Redentor de los hombres,
Jesús, Vencedor del infierno,
Jesús, que has revestido de belleza a todas tus criaturas,
Jesús, reconforta mi alma,
Jesús, ilumina mi inteligencia,
Jesús, colma mi corazón de alegría,
Jesús, da la salud a mi cuerpo,
Jesús, Salvador mío, sálvame,
Jesús, Luz del mundo, ilumíname,
Jesús, de todo tormento, líbrame,
JESÚS, HIJO DE DIOS, TEN MISERICORDIA DE MÍ QUE SOY UN POBRE PECADOR.
Cuando viste a la viuda con el corazón partido,
tuviste piedad, Señor,
y resucitaste a su hijo que ya iban a enterrar.
También yo te suplico,
a Ti, amigo de los hombres,
que devuelvas el vigor a mi alma.
Jesús, Dios desde siempre y para siempre,
Jesús, Maestro muy paciente,
Jesús, Salvador lleno de compasión,
Jesús, inmensa bondad, guárdame,
Jesús, purifícame de mi pecado,
Jesús, aparta tu mirada de mi culpa,
Jesús libra mi corazón de toda mentira,
Jesús, en Ti espero, no me abandones,
Jesús, no me rechaces lejos de Ti,
Jesús, mi Creador, no me olvides,
Jesús, el único buen Pastor, cuida de mí,
JESÚS, HIJO DE DIOS, TEN MISERICORDIA DE MÍ QUE SOY UN POBRE PECADOR.
y acepta mi alabanza como el incienso de la tarde:
Jesús, fuerza invencible,
Jesús, ternura infinita,
Jesús, belleza radiante,
Jesús amor inefable,
Jesús, Hijo de Dios vivo,
Jesús, ten piedad de mí que soy un pecador,
Jesús, sácame de mi ignorancia,
Jesús, disipa mis tinieblas con tu luz,
Jesús, purifícame de todas mis faltas,
Jesús, como al hijo pródigo, condúceme a la casa paterna,
JESÚS, HIJO DE DIOS, TEN MISERICORDIA DE MÍ QUE SOY UN POBRE PECADOR.
El ciego escuchó tus pasos, Señor,
y se puso a gritar: “Hijo de David, ten piedad de mí”.
Tú lo llamaste y le devolviste la vista.
De igual modo, en tu ternura, Señor,
ilumina los ojos de mi corazón. También yo, suplicando, te digo:
Jesús, Creador de los ángeles,
Jesús, Redentor de los hombres,
Jesús, Vencedor del infierno,
Jesús, que has revestido de belleza a todas tus criaturas,
Jesús, reconforta mi alma,
Jesús, ilumina mi inteligencia,
Jesús, colma mi corazón de alegría,
Jesús, da la salud a mi cuerpo,
Jesús, Salvador mío, sálvame,
Jesús, Luz del mundo, ilumíname,
Jesús, de todo tormento, líbrame,
JESÚS, HIJO DE DIOS, TEN MISERICORDIA DE MÍ QUE SOY UN POBRE PECADOR.
Cuando viste a la viuda con el corazón partido,
tuviste piedad, Señor,
y resucitaste a su hijo que ya iban a enterrar.
También yo te suplico,
a Ti, amigo de los hombres,
que devuelvas el vigor a mi alma.
Jesús, Dios desde siempre y para siempre,
Jesús, Maestro muy paciente,
Jesús, Salvador lleno de compasión,
Jesús, inmensa bondad, guárdame,
Jesús, purifícame de mi pecado,
Jesús, aparta tu mirada de mi culpa,
Jesús libra mi corazón de toda mentira,
Jesús, en Ti espero, no me abandones,
Jesús, no me rechaces lejos de Ti,
Jesús, mi Creador, no me olvides,
Jesús, el único buen Pastor, cuida de mí,
JESÚS, HIJO DE DIOS, TEN MISERICORDIA DE MÍ QUE SOY UN POBRE PECADOR.