oh llamas completamente puras
del Corazón de mi único amor, Jesús,
quemadme sin piedad,
consumidme sin resistencia!
¡Oh amor del cielo y de la tierra, venid,
venid por completo a mi corazón
para reducirme a cenizas!
¡Oh fuego devorador de la Divinidad, venid,
venid sobre mí para fundirme!
Haced que yo arda y me consuma
en medio de vuestras llamas más vivas
que hacen vivir a todos los que en ellas mueren.
¡Que así sea!