- Son un pueblo rebelde y reconocerán que hubo un profeta en medio de ellos (Ez 2, 2-5)
- Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia (Sal 122)
- Me glorío de mis debilidades, para que resida en mí la fuerza de Cristo (2 Cor 12, 7b-10)
- No desprecian a un profeta más que en su tierra (Mc 6, 1-6)
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