Mortificación y oración

La mortificación y la oración son las dos alas de la paloma para volar hacia las santas moradas y tener reposo en Dios, lejos del comercio de los hombres.

Del mismo modo que los pájaros no podrían volar hacia lo alto con tan sólo un ala, igualmente nosotros debemos persuadirnos de que es imposible elevarnos hacia Dios con tan sólo la mortificación, sin la oración.

La mortificación sin la oración es una pena inútil: la oración sin la mortificación es una carne sin sal que se corrompe fácilmente. Es, pues, necesario dar a nuestra alma estas dos alas para que vuele hacia la corte celestial, donde pueda encontrar la saciedad del corazón en la conversación con Dios.

Santa Juana Francisca de Chantal