El método de la oración

El gran método de la oración consiste en saber que no hay ningún método: cuando el Espíritu Santo se adueña de la persona que ora, hace en ella lo que le place, sin que puedan haber reglas o métodos. 

Es necesario que el alma esté entre las manos de Dios, como la arcilla entre las manos del alfarero, para que éste pueda hacer con ella cualquier tipo de vaso; o como una cera blanda dispuesta a recibir la impresión de un sello; o como una tabla blanca sobre la cual el Espíritu Santo pueda escribir sus divinas voluntades.

Todo el esfuerzo para orar bien consiste en hacerse pura capacidad para recibir el Espíritu de Dios: eso basta como método. Porque la oración se debe hacer por gracia, y no por esfuerzo o artificio.

Santa Juana Francisca de Chantal