Dios es nuestro Padre

La personalidad de Jesús constituyó un enigma para sus contemporáneos. Jesús no encajaba en ninguno de los modelos de su tiempo y de su país: no era un fariseo, ni un escriba, ni un zelote, ni un romano, ni un monje de Qumrán, ni un sacerdote del templo. Se le podía considerar un ...