por quien hemos recibido el conocimiento de tu nombre,
Dios de los ángeles, de las potestades, de toda la creación,
y de la raza de los justos que viven en tu presencia,
yo te bendigo por haberme juzgado digno
de formar parte de tus testigos
y de participar del cáliz de Cristo.
Que pueda ser yo admitido con ellos en tu presencia
como una ofrenda que te es agradable.
Por esta gracia y por todas las cosas
yo te alabo y te glorifico
por Jesucristo tu Hijo muy amado.
(San Policarpo de Esmirna + 167)
(Oración que pronunció poco antes de que encendieran la hoguera en la que fue martirizado)