Oración en la anunciación del Señor



Señor Jesucristo,
a ti, que eres, a la vez, Dios salvador de los hombres
y Hombre todopoderoso ante Dios,
te invocamos,
te alabamos
y acudimos rogando:
que estés junto a nosotros con tu indulgencia,
tu compasión
y tu perdón;
que siembres en nuestros corazones
deseos que tú puedas colmar,
que pongas en nuestros labios
oraciones que puedas complacer
y que nuestras obras y nuestros actos
merezcan ser bendecidos por ti.
No te pedimos, Señor,
que tu antiguo nacimiento según la carne
se reproduzca ahora para nosotros;
pero sí te rogamos que nos hagas nacer a tu Divinidad.
Lo que tu gracia única
ha realizado corporalmente en María
realízalo ahora, en el Espíritu,
dentro de tu Iglesia:
que su fe inquebrantable te conciba,
que su inteligencia sin mancha te dé a luz,
que su alma, cubierta por la virtud del Todopoderoso,
te guarde por siempre jamás.

(De la liturgia mozárabe)