Antes de dormir

Señor,
concede a mis párpados un sueño ligero
para que mi voz no permanezca muda mucho tiempo.
Durante la noche, tu creación velará
y salmodiará con los ángeles.
Que mi sueño esté todo el tiempo habitado por tu presencia.
Que la noche no retenga
ninguna de las manchas del día que ha pasado;
y que las locuras de la noche
no vengan a visitar mis sueños.
¡A ti, Señor, honor, gloria y poder
por los siglos de los siglos!
Amén.












(San Gregorio Nazianceno +389)