La humildad según los padres del desierto


Preguntaron a un anciano: “¿Qué es la humildad?” Y respondió: “La humildad es algo muy grande, divino. El camino de la humildad es éste: entregarse a la penitencia corporal, reconocerse pecador y someterse a todos”. Y un hermano preguntó: “¿Qué es someterse a todos?” Y contestó el anciano: “No fijarse en los pecados de los demás, sino considerar siempre los propios y rogar continuamente a Dios”.

Preguntaron a un anciano: ¿Qué es la humildad? Y respondió: “Perdonar al hermano que ha pecado contra ti antes de que te pida perdón”.

Un hermano muy austero, que no comía más que pan, fue a visitar a un anciano. Y llegaron también, muy a propósito, otros peregrinos. Y el anciano preparó para todos un poco de papilla. Se pusieron a comer y aquel hermano tan austero tomó tan sólo un garbanzo durante la comida. Y al levantarse de la mesa, el anciano le llamó aparte y le dijo: “Hermano, cuando visites a alguno, no des a conocer allí tu modo de proceder. Si lo quieres guardar quédate en tu celda y no salgas nunca de ella”. El hermano obedeció al anciano y en adelante hacía en todo vida común cuando se encontraba con otros hermanos.