Oh alto y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón,
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.
Amén.
San Francisco de Asís (+1226)
(Oración que decía ante el crucifijo de San Damián)