Las mortificaciones - La vía media

No hay que exagerar en nada, sino propiciar que nuestro amigo el cuerpo nos siga siendo fiel y contribuya al desarrollo de las virtudes.

Es un insensato aquel que debilita voluntariamente su propio cuerpo, aunque sea con el propósito de llegar a la perfección.

No emprendas nada que esté por encima de tus fuerzas. De lo contrario, caerás y el enemigo se burlará de ti.

La vía media es la mejor. Hay que darle al espíritu lo que es espiritual, y al cuerpo lo necesario. 

No hay que desentenderse de lo que la vida social exige legítimamente de cada uno de nosotros: “Dad al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22,21).

Hay que ser paciente consigo mismo y soportar los propios defectos como se soportan los del prójimo, pero sin dejarse llevar por la pereza y esforzándose continuamente por obrar mejor.

Si hemos comido demasiado o hecho algo reprensible, no nos indignemos ni añadamos un mal a otro, sino que, guardando la paz interior, hemos de procurar animosamente enderezarnos.

San Serafín de Sarov

Penitencia y Reparación - Retiro Cuaresma 2018 (3/3)

"Completo lo que falta a las tribulaciones de Cristo en mi carne, en favor de su cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1, 24): Penitencia y reparación



Catequesis parroquial nº 144

Autor: D. Fernando Colomer Ferrándiz
Fecha: 22 de febrero de 2018

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Pecado y Redención - Retiro Cuaresma 2018 (2/3)

"Dios hizo a Cristo pecado en favor nuestro" (2 Co 5, 21): Pecado y redención



Catequesis parroquial nº 143

Autor: D. Fernando Colomer Ferrándiz
Fecha: 21 de febrero de 2018

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La contemplación del Cordero inmolado - Retiro Cuaresma 2018 (1/3)

"Mirarán al que traspasaron" (Jn 19,37): La contemplación del Cordero inmolado


Catequesis parroquial nº 142

Autor: D. Fernando Colomer Ferrándiz
Fecha: 20 de febrero de 2018

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II Domingo de Cuaresma

25 de febrero de 2018
(Ciclo B - Año par)






  • El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe (Gén 22, 1-2. 9a. 10-13. 15-18)
  • Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos (Sal 115)
  • Dios no se reservó a su propio Hijo (Rom 8, 31b-34)
  • Este es mi Hijo, el amado (Mc 9, 2-10)
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La dedicación de una Iglesia


¿Es posible que Dios habite en un lugar?

La dedicación de una iglesia es la consagración de un lugar como lugar de la presencia de Dios, como lugar en el que Dios, de algún modo, habita, mora. Es, por lo tanto, reconocer y constituir ese lugar como “templo”. Al reflexionar sobre ello, la primera cuestión que se nos plantea es la de preguntarnos si tiene sentido creer que Dios, que ha creado el universo entero, que es su Señor absoluto y que es soberanamente libre, se va a comprometer a estar especialmente presente en un lugar.

En todas las religiones el templo representa el lugar en el que Dios se hace presente de modo especial, para recibir el culto de sus fieles y dispensar sus favores. Es un lugar que se convierte en sagrado por la presencia de la divinidad. El templo es el lugar de la presencia invisible de Dios, es la casa de Dios, el lugar en el que habita para siempre. Tal es la pretensión que el creyente tiene en relación al templo: que sea siempre un lugar en el que mora la divinidad y se hace alcanzable para el hombre.

La Biblia, sin embargo, matiza esta pretensión humana enseñando que Dios no puede estar “encerrado” en el templo –“porque los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener” (1Re 8,27)- y que cuando el creyente ora en el templo Dios lo escucha desde el cielo, que es el lugar donde Él reside (1Re 8,30). El Deuteronomio precisa que sólo el Nombre de Dios habita en el templo, el Nombre que expresa y representa la persona (Dt 12, 5.11). Por lo tanto, la presencia de Dios en el templo es un don que no se ejerce de manera mágica y que Dios puede retirar si el pueblo es infiel. De hecho los profetas lucharon mucho para que la adhesión de los israelitas al templo no se transformara en una creencia supersticiosa en la eficacia casi mágica de la presencia de Dios, como si Dios estuviese obligado a defender el templo a cualquier precio (Jr 7,4), incluso si el pueblo no practica la ley, o si el culto que se celebra en él es superficial (Is 1,11-17) o incluso idolátrico (Ez 8,7-18). Y como las advertencias de los profetas no consiguieron evitar esos graves defectos, Dios, para salvar el sentido auténtico del culto, permitió la destrucción del templo por manos de Nabucodonosor (2Re 25,8-17).

I Domingo de Cuaresma

18 de febrero de 2018
(Ciclo B - Año par)






  • Pacto de Dios con Noé liberado del diluvio de las aguas (Gén 9, 8-15)
  • Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza (Sal 24)
  • El bautismo que actualmente os está salvando (1 Pe 3, 18-22)
  • Era tentado por Satanás, y los ángeles lo servían (Mc 1, 12-15)
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Himno al Dios incognoscible

¡Oh Trinidad creadora del Universo,
cuya gloria es incomprensible,
cuyas obras son inexplicables,
y cuya esencia es inmutable!
¡Oh Dios, Vida de todas las cosas,
oh más allá de todos los esplendores,
oh Principio del Verbo Eterno,
oh mi Dios más que eterno,
Tú que nunca jamás has sido hecho
sino que eres sin comienzo!
¿Cómo descubrirte por completo
a Ti que me llevas en Ti?
¿Quién me concederá percibirte
a Ti que yo llevo en mí?

(San Simeón el Nuevo Teólogo +1022)

VI Domingo del Tiempo Ordinario

11 de febrero de 2018
(Ciclo B - Año par)






  • El leproso vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento (Lev 13, 1-2. 44-46)
  • Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación (Sal 31)
  • Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo (1 Cor 10, 31 - 11,1)
  • La lepra se le quitó, y quedó limpio (Mc 1, 40-45)
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La bondad sin sentido

La mayoría de los hombres que viven en la Tierra no se proponen como objetivo definir el “bien”. ¿En qué consiste el bien? ¿Bien para quién? ¿De quién? ¿Existe un bien común, aplicable a todos los seres, a todas las tribus, a todas las circunstancias? ¿O tal vez mi bien es el mal para ti y el bien de mi pueblo, el mal para el tuyo? ¿Es eterno e inmutable el bien, o quizás el bien de ayer es el vicio de hoy, y el mal de ayer se ha transformado en el bien de hoy?

Ni siquiera Herodes derramó sangre en nombre del mal: la derramó en nombre de su propio bien. Una nueva fuerza había venido al mundo, una fuerza que amenazaba con destruirle a él y a su familia, destrozar a sus amigos y favoritos, su reino, su ejército.

Yo vi la fuerza inquebrantable de la idea del bien social que nació en mi país. Vi esa fuerza en el periodo de la colectivización total, la vi en 1937. Vi cómo se aniquilaba a las personas en nombre de un ideal tan hermoso y humano como el ideal del cristianismo. Vi pueblos enteros muriéndose de hambre, vi niños campesinos pereciendo en la nieve siberiana. Vi trenes con destino a Siberia que transportaban a cientos y miles de hombres y mujeres de Moscú, Leningrado, de todas las ciudades de Rusia, acusados de ser enemigos de la grande y luminosa idea del bien social.

Ahora el gran horror del fascismo alemán se ha levantado sobre el mundo. El aire está lleno de los gritos y los gemidos de los torturados. El cielo se ha vuelto negro, el sol se ha apagado en el humo de los hornos crematorios.

El bien no está en la naturaleza, tampoco en los sermones de los maestros religiosos ni de los profetas, no está en las doctrinas de los grandes sociólogos y líderes populares, no está en la ética de los filósofos. Son las personas corrientes las que llevan en sus corazones el amor por todo cuanto vive; aman y cuidan de la vida de modo natural y espontáneo. Al final del día prefieren el calor del hogar a encender hogueras en las plazas.

V Domingo del Tiempo Ordinario

4 de febrero de 2018
(Ciclo B - Año par)






  • Me harto de dar vueltas hasta el alba (Job 7, 1-4. 6-7)
  • Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados (Sal 146)
  • Ay de mí si no anuncio el Evangelio (1 Cor 9, 16-19. 22-23)
  • Curó a muchos enfermos de diversos males (Mc 1, 29-39)
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