¿Qué es lo más dañino que está trayendo la globalización?

Un discurso de derechos sin deberes.
Un feminismo radical que cambia la identidad de la mujer.
Y, al hacerlo, también interfiere en la identidad del hombre.
Un democratismo que habla de una igualdad
que es imposible de conseguir,
pero que además viene con un individualismo
que ciega a la gente para ver las necesidades de los demás.
Nos encerramos cada vez más en el yo,
en mis intereses
y dejamos a muchos fuera.

Antoinette KANKINDI
Congoleña, profesora de filosofía en la universidad de Nairobi

XXX Domingo del Tiempo Ordinario

29 de octubre de 2017
(Ciclo A - Año Impar)






  • Si explotáis a viudas y a huérfanos, se encenderá mi ira contra vosotros (Éx 22, 20-26)
  • Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza (Sal 17)
  • Os convertisteis, abandonando los ídolos, para servir a Dios y vivir aguardando la vuelta de su Hijo (1 Tes 1, 5c-10)
  • Amarás al Señor tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo (Mt 22, 34-40)
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Los dos caminos (Salmo 1)

Catequesis parroquial nº 140

Autor: D. Fernando Colomer Ferrándiz
Fecha: 18 de octubre de 2017

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XXIX Domingo del Tiempo Ordinario

22 de octubre de 2017
(Ciclo A - Año Impar)






  • Yo he tomado de la mano a Ciro, para doblegar ante él las naciones (Is 45, 1. 4-6)
  • Aclamad la gloria y el poder del Señor (Sal 95)
  • Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza (1 Tes 1, 1-5b)
  • Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (Mt 22, 15-21)
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"La fe, un don que cambia la vida"


Charla sobre la fe impartida por D. Fernando Colomer en la sede del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Murcia (16/10/2017).

El misterio del templo en la historia de la salvación


El misterio del Templo es el misterio de los diferentes modos de presencia, de habitación, de Dios en medio de los hombres. Pues el templo es esencialmente el “lugar” en el que el hombre puede encontrar a Dios y relacionarse de manera especial con Él, para darle gracias, suplicar su perdón, pedirle su ayuda, ofrecerle su reconocimiento etc. etc. La idea del templo es una idea profundamente humana, que encontramos plasmada en todas las religiones y en todas las culturas. En esta catequesis queremos meditar sobre este misterio a la luz de la Revelación; queremos contemplar lo que Dios ha revelado al respecto a lo largo de la historia de la salvación, considerando los diferentes modos en que Dios nos ha propuesto su Presencia en medio de nosotros en el transcurso de esta historia.

Y en este sentido, como vamos a ver, la Revelación bíblica está articulada sobre una paradoja: por un lado se contesta la posibilidad de un templo, se la declara innecesaria e incluso imposible, y sin embargo se da paso y legitimidad a la construcción del templo de Jerusalén, aunque dicha construcción va acompañada de una misteriosa promesa que acabará haciendo superflua la existencia de ese mismo templo (cf. 1R 8, 27; Is 66, 1-2).

EL TEMPLO CÓSMICO


El primero de estos modos consiste en la creación, es decir, en la presencia de Dios en las cosas a fin de que, simplemente, sean. Pues las cosas, por el simple hecho de existir, de ser y de ser tales o cuales, representan un reflejo lejano de una u otra perfección de Dios, quien las realiza todas en forma supereminente y con una absoluta simplicidad. Para que existan los seres distintos de Dios es necesaria la intervención de la potencia creadora de Dios. De suerte que Dios está presente en todas las cosas por su potencia y según una semejanza, un parentesco, lejanos aunque reales. Podríamos decir que se trata de una “presencia distante”. Y sin embargo, la causalidad de Dios, que hace existir todas las cosas, al ser Dios mismo, entraña la presencia de la Esencia divina que no puede dejar de henchir con su Presencia, desde que existe su creación, ese mundo al que ha dado el ser y con respecto al cual continúa siendo transcendente.


XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario

15 de octubre de 2017
(Ciclo A - Año Impar)






  • Preparará el Señor un festín, y enjugará las lágrimas de todos los rostros (Is 25, 6-10a)
  • Habitaré en la casa del Señor por años sin término (Sal 22)
  • Todo lo puedo en aquel que me conforta (Flp 4, 12-14. 19-20)
  • A todos los que encontréis, llamadlos a la boda (Mt 22, 1-14)
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Paz a los hombres de mala voluntad

Que sea tenido en cuenta el bien y no el mal.
Con ocasión del Yom Kipour, ¡paz a los hombres de mala voluntad!
Que cese la venganza…

Los crímenes han superado toda medida.
Hay demasiados mártires.
No midas, Señor, sus sufrimientos con el peso de tu justicia,
ni cargues esos sufrimientos en la cuenta de los verdugos
para hacerles pagar una terrible factura.

Que sean pagados de otra manera.
Cuenta, Señor, a favor de los verdugos,
de los delatores, de los traidores y de todos los hombres de mala voluntad,
el coraje y la fuerza espiritual de los otros,
su humildad, su dignidad, su lucha interior constante
y su invencible esperanza;
la sonrisa que restañaba las lágrimas, su amor,
sus corazones rotos que permanecían firmes y confiados
ante la misma muerte, sí, incluso en los momentos
de la más extrema debilidad…

Que todo eso sea depositado ante Ti, oh Señor,
para el perdón de los pecados,
como rescate para el triunfo de la justicia:
¡Que sea tenido en cuenta el bien y no el mal!
Y que permanezcamos en el recuerdo de nuestros enemigos
no como sus víctimas, no como una pesadilla,
no como unos espectros que siguen sus pasos,
sino como una ayuda en su combate,
para destruir la furia de sus pasiones criminales.
Nosotros no les pedimos nada más.

Y cuando todo esto habrá terminado,
concédenos vivir como hombres en medio de los hombres,
y que la paz vuelva sobre nuestra pobre tierra.
Paz para los hombres de buena voluntad
Y paz también para todos los demás.




Oración de un judío anónimo, escrita en yiddish, encontrada en el campo de exterminio de Birkenau


XXVII Domingo del Tiempo Ordinario

8 de octubre de 2017
(Ciclo A - Año Impar)






  • La viña del Señor del universo es la casa de Israel (Is 5, 1-7)
  • La viña del Señor es la casa de Israel (Sal 79)
  • Ponedlo por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros (Flp 4, 6-9)
  • Arrendará la viña a otros labradores (Mt 21, 33-43)
  • Homilía: pulsar aquí para leer la homilía en formato pdf

La ejecución del oficial alemán

(Esta larga novela tiene como protagonista a un sacerdote francés, el abate Gastón, que es un hombre de escasos recursos expresivos, pero profundamente bueno y creyente. Es un patriota convencido, que participó como capellán castrense en la Gran Guerra y que es uno de los sacerdotes colaboradores de una de las parroquias de París. Allí le ha sorprendido la ocupación de la ciudad por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial y allí, por las curiosas circunstancias de la vida, ha conocido a una judía austriaca que ha huido de su país y que corre peligro de ser descubierta y deportada. La ha ayudado a escapar de la Gestapo, aunque sorprendentemente un oficial de la Gestapo se ha enamorado de ella y quiere huir de París con ella. Los dos se aman y recurren a la bondad del abate Gastón para que les ayude a escapar en un París que ya empiezan a controlar los miembros de la resistencia, muchos de ellos comunistas convencidos. El abate accede y en su huida son descubiertos y apresados, en las afueras de París. La escena que vamos a leer es la de la ejecución del oficial alemán, que es católico y ha pedido confesarse con el abate Gastón)

Los tres guardias salieron de la habitación. El abate extrajo del bolsillo de su sotana la delgada estola de seda que siempre llevaba consigo. Era una estola blanca de un lado y violeta del otro. El lado blanco era para administrar la Santa Comunión, y el violeta, para oír las confesiones. El abate se colocó la estola sobre los hombros, con el lado violeta hacia fuera. Sabía que no habría ocasión para usar el lado blanco.

El sol llegaba a la ventana, cuando acabó de oír la confesión del oficial. Estaba suspendido sobre los árboles como un enorme globo y cubría de veloces lucecitas brillantes todo el piso. El dibujo de las luces sobre el piso hacía un efecto de agua movediza.

- No es fácil morir una mañana como ésta –dijo el oficial alemán.

- Pronto habrá terminado todo –lo consoló el abate.

- Pero de todos modos, debe sufrirse algo.

- Tal vez un dolorcito rápido; pero será un dolorcito muy rápido y nada más.

- No es el dolor lo que me da miedo, sino dejar a Raquel –explicó el oficial. Amo a Raquel. Quería seguir amándola mucho tiempo. Quería seguir amándola cuando fuese vieja, y pensar en lo mucho que la había amado cuando era joven. Tenía un nuevo vestido verde. Nunca la vi con su nuevo vestido verde.

- Son cosas duras las que dices, pero más allá de ellas hay una gran dulzura –dijo el abate Gastón. Ese es el verdadero misterio: que todas las cosas duras se convierten en dulzura.