Santa María, Madre de Dios

1 de enero de 2015
(Ciclo B - Año Impar)

  • Invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré (Núm 6, 22-27)
  • El Señor tenga piedad y nos bendiga (Salmo 66)
  • Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer (Gál 4, 4-7)
  • Encontraron a María y a José, y al niño. A los ocho días, le pusieron por nombre Jesús (Lc 2, 16-21)
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Sagrada Familia: Jesús, María y José

28 de diciembre de 2014 
(Ciclo B - Año Impar)

  • El que teme al Señor honra a sus padres (Eclo 3, 2-6. 12-14)
  • Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos (Salmo 127)
  • La vida de familia vivida en el Señor (Col 3, 12-21)
  • El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría (Lc 2, 22-40)
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Oración para la Navidad

Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor;
Cuando sufra, dame alguien que necesite consuelo;
Cuando mi cruz me parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado;
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos;
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión:
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.

Madre Teresa de Calcuta

Solemnidad de la Natividad del Señor

25 de diciembre de 2014 
(Ciclo B - Año Impar)


     Misa de Medianoche
  • Un hijo se nos ha dado (Is 9, 1-3. 5-6)
  • Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor (Salmo 95)
  • Ha aparecido la gracia de Dios a todos los hombres (Tit 2, 11-14)
  • Hoy os ha nacido un Salvador (Lc 2, 1-14)
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IV Domingo de Adviento

21 de diciembre de 2014
(Ciclo B - Año Impar)

  • El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor (2 Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16)
  • Cantaré eternamente tus misericordias, Señor (Salmo 88)
  • El misterio, mantenido en secreto durante siglos, ahora se ha manifestado (Rom 16, 25-27)
  • Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo (Lc 1, 26-38)
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"Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor" (Meditación de Navidad)


Catequesis parroquial nº 126

Autor: D. Fernando Colomer Ferrándiz
Fecha: 17 de diciembre de 2014

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Para escuchar la charla en YouTube, pulse aquí: https://youtu.be/DMw1Bj7Pc-Y




III Domingo de Adviento

14 de diciembre de 2014
(Ciclo B - Año Impar)

  • Desbordo de gozo con el Señor (Is 61, 1-2a, 10-11)
  • Me alegro con mi Dios (Salmo: Lc 1, 46-50. 53-54)
  • Que vuestro espíritu, alma y cuerpo sea custodiado hasta la venida del Señor (1 Tes 5, 16-24)
  • En medio de vosotros hay uno que no conocéis (Jn 1, 6-8. 19-28)
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Meditación sobre la muerte

...A diferencia del animal, el hombre se da cuenta de que tiene que morir y “sabe” que camina hacia el hundimiento inevitable. La certeza de la muerte está siempre presente en el horizonte de la conciencia. La conciencia de la muerte necesaria es una mezcla de amenaza inminente que no perdona y de un plazo que permite reaccionar y huir por algún tiempo. Pues la conciencia general de la muerte está continuamente expuesta a la tentación de la huida. M. Heidegger ha insistido en el hecho de que esta huida en la mentalidad de las masas, en el trabajo, en la diversión, etc., es, a su modo, una confirmación de la conciencia universal de la muerte. Huir significa de alguna manera darse cuenta del peligro inminente y de la amenaza. Ya Pascal había dicho: “No habiendo podido encontrar remedio a la muerte, a la miseria, a la ignorancia, los hombres, para ser felices, han tomado la decisión de no pensar en ello”.

Esta huida de la muerte queda desenmascarada con la muerte de la persona amada. G. Marcel ha insistido repetidamente en el hecho de que el único planteamiento real y concreto del misterio de la muerte es el de la muerte de la persona amada. Pues el problema humano de la muerte surge de la intuición, universalmente extendida, del carácter inconciliable entre la muerte y el amor, que constituye el sentido de la existencia. Pues, como dice también G. Marcel, “amar es decirle al otro: tú no morirás”. La muerte nos hace sospechar que tal vez la existencia carezca de sentido, porque ella desmiente la intencionalidad del amor.

La muerte confiere a la existencia un sentido de totalidad y le da un carácter de prueba. De totalidad, porque la muerte impide retocar o cambiar el sentido y el camino de la vida. Lo que se ha hecho durante la existencia queda fijado en su figura definitiva, pues con la llegada de la muerte se han agotado las posibilidades y queda paralizada la libertad de cambiar aún la orientación y las realizaciones de la existencia. De prueba, porque el hecho irreversible de la muerte le confiere un límite al tiempo existencial, y por eso mismo le confiere una gran seriedad a cada uno de los momentos limitados que están disponibles. En un puro nivel filosófico, la existencia debe ser considerada como “prueba”, en cuanto que durante la existencia es posible buscar, intentar, orientarse de otro modo, pero sólo dentro de un arco determinado de tiempo (“tenemos tiempo, pero no todo el tiempo del mundo”) y de posibilidades que se van agotando inexorablemente. La muerte quita la última posibilidad. Lo que se ha hecho ya no puede rehacerse ni retocarse.

Dos son, fundamentalmente, los problemas que la muerte plantea a la antropología filosófica. El primero de ellos es el de conocer lo que ocurre en ella: ¿Qué sucede en toda su verdad y fundamentalmente cuando un hombre muere? Pues no hay nadie que pueda decir por experiencia propia lo que sucede en la muerte, a no ser, quizás, el mismo moribundo. Pero, según la naturaleza misma de la cosa, el moribundo no puede hacer partícipes a los demás de lo que le está ocurriendo. “La muerte es algo que no puede imaginarse ni pensarse. Lo que nosotros pensamos o nos imaginamos sobre ella son puras negaciones, síntomas o fenómenos concomitantes…(continúa)

Oración a la Inmaculada



Madre de la vida,
haz morir en mí las pasiones de la carne que matan el espíritu.

Protege a mi alma cuando salga de esta tienda mortal
para dirigirse a otro mundo ignorado.

La tempestad de las pasiones ruge en torno mío,
las olas de la iniquidad me empujan
hacia el escollo de la desesperación.

Estrella de los mares,
haz renacer la calma entre las olas.

El león ruge buscando a quien devorar.
No me dejes entre sus garras,

oh Tú, Virgen Inmaculada,
que diste al mundo un Niño Divino,
dominador de furias y leones.

San Juan Damasceno, Libros Santos, 4. 12

La Inmaculada Concepción

 8 de diciembre de 2014
(Ciclo B - Año Impar)

  • Establezco hostilidades entre tu estirpe y la de la mujer (Gén 3, 9-15.20)
  • Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas (Salmo 97)
  • Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo (Ef 1, 3-6. 11-12)
  • Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo (Lc 1, 26-38)
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II Domingo de Adviento

7 de diciembre de 2014
(Ciclo B - Año Impar)

  • Preparadle un camino al Señor (Is 40, 1-5. 9-11)
  • Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación (Salmo 84)
  • Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva (2 Pe 3, 8-14)
  • Allanad los senderos del Señor (Mc 1, 1-8)
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